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Observatorio de Gobernanza Migratoria y Derechos Humanos de Chile.

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Migración y Seguridad: Por qué Chile Debe Separar a las Personas Migrantes del Crimen Organizado

Observatorio de Gobernanza Migratoria y Derechos Humanos de Chile.BlogOpinión ExpertaMigración y Seguridad: Por qué Chile Debe Separar a las Personas Migrantes del Crimen Organizado

“Migración y Seguridad: Por qué Chile Debe Separar a las Personas Migrantes del Crimen Organizado”

Observatorio de Gobernanza Migratoria y Derechos Humanos de Chile (OGMDDHH-Chile)

Fecha: 23 de noviembre de 2025

  1. Introducción: cuando los discursos mezclan fenómenos diferentes

Durante la semana del 15 al 22 de noviembre de 2025, las noticias sobre migración en Chile —y particularmente durante el ciclo electoral— estuvieron marcadas por una tendencia preocupante: la creciente confusión entre migración, irregularidad y crimen organizado.

El “ultimátum de 111 días”, el temor de comunidades migrantes a ser expulsadas, reportajes sobre delincuencia vinculada a bandas extranjeras y el aumento de la movilidad hacia la frontera con Perú muestran una narrativa cada vez más polarizada. Pero esa narrativa no corresponde a los datos.

Y una democracia madura tiene la obligación ética de corregir percepciones que dañan la convivencia y aumentan la vulnerabilidad de miles de personas. Este ensayo busca separar evidencia de temor, y contribuir a un debate más responsable para Chile.

  1. El dato central: la enorme mayoría de migrantes NO comete delitos

Según cifras del Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD) y estudios de la Fiscalía Nacional (2023–2024):

  • El porcentaje de extranjeros imputados por delitos en Chile oscila entre 3% y 5% del total, dependiendo del año.
  • Para delitos violentos, la participación extranjera no supera el 6%.
  • En delitos económicos, contra la propiedad y drogas, los porcentajes se mantienen en rangos bajos y estables.

Es decir:

La criminalidad en Chile es abrumadoramente cometida por nacionales, no por migrantes.

Además:

  • La población migrante está sobrerrepresentada en empleo informal, no en actividad delictiva.
  • Los migrantes regulares presentan tasas de criminalidad menores que la población nacional (Fiscalía, Informe 2024).

Los datos contradicen la idea instalada de que la migración genera inseguridad.

  1. Migración irregular ≠ delincuencia

Migración irregular = problema administrativo.

Las noticias de la semana destacan el temor de miles de migrantes sin residencia regular.
Sin embargo, es fundamental explicarlo con precisión jurídica:

La irregularidad migratoria no es un delito en Chile.

  1. No genera antecedentes penales.
  2. No constituye una infracción penal, sino administrativa.
  3. Se resuelve mediante procedimientos regidos por la Ley 21.325 y la Ley 19.880.

Pero el discurso político ha mezclado irregularidad con criminalidad, generando:

  1. Miedo a denunciar delitos (lo que favorece a criminales).
  2. Aumento de la informalidad laboral.
  3. Mayor riesgo de explotación, trata y tráfico.
  4. Desconfianza en las instituciones del Estado.

La irregularidad migratoria no debería ser tratada como riesgo social, sino como desafío de política pública, modernización del SERMIG y simplificación de trámites.

  1. El crimen organizado sí existe. Pero no es la migración su causa

La noticia publicada por Ex-Ante esta semana sobre la expansión del crimen transnacional en el norte de Chile es correcta: existe tráfico de migrantes, trata de personas y bandas que instrumentalizan rutas fronterizas.

Pero la evidencia internacional (ONUODC 2023–2024, OEA 2024) es unánime:

  1. El crimen organizado utiliza la migración
  2. No nace de la migración
  3. Y no es cometido por la mayoría de los migrantes.

De hecho:

  • Las personas migrantes son las principales víctimas del crimen organizado en frontera.
  • Las bandas lucran con la vulnerabilidad y la falta de vías regulares.
  • Endurecer la migración sin fortalecer vías seguras aumenta el negocio de los traficantes.

La política pública debe perseguir a los delincuentes, no a las personas migrantes.

  1. Los efectos del discurso punitivo: miedo, movilidad forzada y riesgo humanitario

El reportaje de Swissinfo esta semana revela un patrón que nuestro Observatorio ha advertido:

Migrantes que viven en Chile desde hace años, trabajan, pagan arriendo y tienen familia aquí, están pensando en “huir” por miedo a expulsiones masivas.

Y lo más grave:

Infobae reportó que grupos de migrantes ya están saliendo hacia Perú, no por razones económicas, sino por miedo político.

Esto constituye un fenómeno de movilidad forzada secundaria, contrario a:

  1. el principio de no devolución,
  2. los estándares del Sistema Interamericano,
  3. la protección de NNA,
  4. y la unidad familiar establecida en la Ley 21.325.

Un país democrático no puede gobernar desde el miedo.

  1. Migración y elecciones: el votante migrante como actor cívico

Otro dato fundamental de esta semana:

  • 885.940 migrantes están habilitados para votar en Chile (Mepop, Unholster, EFE).
  • Representan entre el 5 % y el 7 % del padrón.
  • Por primera vez, los venezolanos son el mayor grupo extranjero con derecho a voto.

El migrante en Chile no es solo un sujeto económico, sino un actor político.

Este proceso exige:

  1. Información clara sobre voto,
  2. campañas libres de desinformación,
  3. y respeto por la dignidad del elector extranjero, que tiene el mismo derecho constitucional que cualquier ciudadano chileno.
  1. Hacia una narrativa responsable: recomendaciones del OGMDDHH-Chile

Con base en los datos y en el monitoreo de discursos públicos, proponemos:

  1. Disociar migración y delincuencia en el debate público

Las políticas de seguridad deben perseguir a bandas criminales, no a la población extranjera.

  1. Fortalecer vías regulares de ingreso y regularización

Mientras más regularidad, menos trata, menos tráfico y más seguridad para todos.

  1. Institucionalizar la figura del “migrante como actor cívico”

Chile debe asumir que más de 800.000 personas migrantes participan hoy en su vida democrática.

  1. Modernizar los procesos del SERMIG con enfoque de DD.HH.

Los retrasos y la falta de claridad administrativa generan irregularidad involuntaria.

  1. Promover campañas públicas contra la xenofobia

La convivencia intercultural es un bien público y una condición para la seguridad social.

  1. Conclusión: Chile debe decidir qué historia quiere contar

Chile está en un momento definitorio. El país puede escoger entre dos caminos:

Un camino de miedo

Donde la migración se use como arma electoral, donde miles de familias vivan en la incertidumbre, donde la xenofobia crezca y donde los delincuentes se aprovechen de las personas más vulnerables.

O un camino de madurez democrática

Donde se separen fenómenos distintos:

  1. migración,
  2. irregularidad administrativa,
  3. crimen organizado,
  4. participación cívica,
  5. integración social.

Donde el Estado recupere el control mediante gobernanza, no mediante miedo.

Donde Chile siga siendo un país que, con sus desafíos, crece con diversidad.

El Observatorio de Gobernanza Migratoria y Derechos Humanos de Chile reafirma su compromiso con:

  1. la evidencia,
  2. la dignidad humana,
  3. la seguridad basada en derechos,
  4. y el fortalecimiento de una convivencia fundada en hechos y no en estigmas.

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